Los jardines Zen están formados por distintos elementos naturales (principalmente arena fina, iedras pulidas y cristales de cuarzo, pero también velas o conchas marinas) sabiamente dispuestos sobre una sencilla cajita de madera, barnizada o pintada a mano. Son jardines sin vegetación o paisajes secos (kare-sansui) en los que la arena cubre toda la superficie del recipiente como si fuera un mar en calma. La ausencia de cualquier riqueza material y su composición, a base de elementos muy simples, es el perfecto reflejo de la filosofía Zen, que predica máxima austeridad y sobriedad. Están concebidos para inspirar vitalidad, serenidad y favorecer la meditación (en sanscrito, Zen significa meditación).
Para completar esta relajación seguramente tengamos que acudir a algun centro Zen donde nos expongan como llevar a cabo esa aplicación positiva.
Via:Mundo Regalo
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